La intervención está siendo llevada a cabo por el escultor e imaginero sevillano Juan Manuel Miñarro y se centra principalmente en la reintegración del antiguo cuerpo de la imagen, eliminación de repintes, reintegración de lagunas pictóricas y limpieza exhaustiva de su policromía.
Según nos comenta Miñarro, la efigie es obra del imaginero y orfebre granadino José Gabriel Martín Simón, quien rehizo casi totalmente una talla completa en madera de pino, original de los talleres catalanes de José Rius.
Tan profunda fue la intervención de Martín Simón, que hizo nueva cabeza y cuerpo, aprovechando para la ejecución de este último parte de la pieza labrada por Rius. En opinión de Miñarro, dichos restos primitivos podrían concentrarse en el torso y en uno de los pies del simulacro.
Posteriormente, la imagen ha sufrido dos intervenciones de importancia por Pedro Pérez Hidalgo, quien la repolicromó a excepción de la cabeza, y por parte de Rafael Ruiz Liébana y Mayte Real Palma, quienes hicieron un nuevo cuerpo sacado de puntos del anterior, el cual, como hemos apuntado, ha sido retirado a raíz de la restauración de Miñarro.
La limpieza del malagueño Cristo de la Sentencia ha hecho posible el hallazgo de detalles interesantes, ocultos por capas de repintes y suciedad, caso de finos hilos de sangre que brotan de las comisuras de los labios. Por su parte, la recuperación del cuerpo tallado por Martín Simón está requiriendo ajustes y tareas correctoras de carpintería.