De forma sencilla. Sin estridencias. Con los sones de la marcha eucarística ‘Domus Aurea’ interpretada por la Banda de Música de la Cruz del Humilladero, la imagen del Sagrado Corazón de Jesús salió a una concurrida calle Compañía. La expectación era mucha por ver a una advocación que arrastra tras sí a una importante devoción, fomentada y alentada por los jesuitas, con el apoyo del Apostolado de la Oración, que organiza la procesión.
El buen tiempo acompañó la procesión de la imagen, que fue sobre un trono exornado con claveles rojos en el friso y en cuatro ánforas, así como pirámides de rosas rojas en cada uno de los laterales.
La Banda de la Cruz del Humilladero ofreció varias marchas tras el trono, entre las que se incluían algunas menos usuales por ser de corte eucarístico como ‘Auxilium cristanorum’, con otras clásicas en el repertorio procesional: ‘Saeta’, ‘Rocío’, ‘Virgen de la Paloma’, ‘A ti Manué’ y ‘Pescador de hombres’, entre otras.
Una característica de esta procesión es la sencillez en la organización y desarrollo. Sólo busca acercar la devoción del Sagrado Corazón a la calle. No hay estrenos ni grandes patrimonios en la calle. Sólo la imagen de Jesús y mucho trabajo.
Este año han tenido algunos problemas para completar los 110 puestos de portadores, aunque un llamamiento a última hora permitió la incorporación de quince nuevos jóvenes malagueños y que varios de los veteranos renovaran su compromiso bajo el varal.
El cortejo fue abierto por la cruz parroquial, escoltada por dos faroles. Le seguía la bandera del Apostolado de la Oración, el estandarte del Sagrado Corazón, devotos con velas, una representación de los jesuitas y algunos niños de Primera Comunión.
El recorrido les llevó a las calles Compañía, Salvago, Especerías, Nueva, plaza de Félix Sáenz, Sagasta, Olózaga, Sebastián Souvirón, Arriola (donde hicieron una estación frente al convento de las Hermanitas de la Cruz), Atarazanas, Martínez, Lario, Plaza de la Constitución, Especerías, Salvago, Compañía y encerró pasadas las once de la noche. Antes de comenzar la procesión, la responsable del Apostolado de la Oración dirigió unas palabras a los presentes en las que tuvo palabras de aliento a Dolores Porras, integrante de este grupo y que durante el último año ha tenido unos problemas de salud que ha superado y que “está en pie gracias a su fe”. También se recordó al jesuita padre Alberto, que falleció este año, así como al padre de Violeta, responsable del Apostolado. “No sabemos cuántos se conmoverán al ver a la imagen, pero por uno que se consiga, el esfuerzo está bien pagado”, indicó Violeta a las personas que estaban dentro de la iglesia del Sagrado Corazón. Además, agradeció el esfuerzo de los portadores del trono, a los que señaló que “nunca os dejará solo el Sagrado Corazón”. Antes de salir hicieron una foto de familia de los portadores delante del trono.
Miguel Ferrary
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